
En los últimos diez años me he convertido en una apasionada del running de larga distancia, acumulando kilómetros por senderos y calles. Probé más de cien modelos, cada uno prometiendo ser ideal para carreras de resistencia. Esta experiencia me ha permitido entender qué hace una zapatilla adecuada para largos recorridos y qué puede afectar tu rendimiento o comodidad.
Lo sorprendente es que la elección correcta es muy personal. Cada pie tiene una forma única, lo que influye mucho en encontrar un zapato que ayude y no perjudique en sesiones largas. Un calzado mal ajustado puede causar ampollas, callos, magulladuras o hasta la pérdida de uñas tras miles de impactos.

Para correr sin lesiones y con satisfacción, hay aspectos que importan más allá de la marca o el diseño. Veamos los puntos esenciales para seleccionar bien.
Primero, considera la amortiguación. En carreras largas, necesitas absorber bien los impactos. Existen tres tipos principales: máxima, media y firme. La máxima ofrece una sensación acolchonada ideal si tus articulaciones requieren cuidado adicional, aunque no siempre favorece velocidad o estabilidad. La media, para arcos neutros, equilibra comodidad y soporte. La firme ayuda a quienes sobrepronan, es decir, giran excesivamente el pie hacia dentro.
Después está la estabilidad. Algunos modelos guían el movimiento natural del pie para prevenir lesiones. Si tienes pies planos o sobrepronación, un calzado estable mantiene tu pisada alineada, evitando tensiones. Esto suele lograrse con una espuma más densa en zonas específicas de la media suela.
El drop, o diferencia de altura entre talón y punta, es importante. Un drop alto carga rodillas y caderas, mientras que uno bajo exige más a tobillos y gemelos. Un drop moderado, de cinco a seis milímetros, distribuye mejor las fuerzas de impacto.
Por último, identifica tu tipo de arco (bajo, medio o alto), ya que determina cómo pisas y qué soporte necesitas. El test casero del pie mojado es útil: humedece el pie y pisa en superficie seca. Una huella ancha indica arco bajo; una delgada, arco alto. Así decides si necesitas más soporte o un modelo neutral.

Tras probar varias, destaco cuatro por adaptarse a distintos pies y estilos. Cada una ofrece beneficios según tus requerimientos.
Primero, On Cloudeclipse es mi preferida para todo uso. Brilla en ritmos variados gracias a su sistema de doble amortiguación y placa de velocidad que impulsa la zancada. Son cómodas y estables, alivian el estrés articular y se ajustan bien a arcos neutros. Además llevan detalles reflectantes, ideales para correr al amanecer o anochecer.
Para presupuesto ajustado, Hoka Rincon 4 combina comodidad con precio eficiente. Tiene amortiguación media para absorber impactos sin ser demasiado blanda. Su firmeza estabiliza el pie en distancias largas. Es buena para principiantes, aunque su puntera es estrecha, por lo que quienes tengan pies anchos deben buscar tallas más amplias.
Si necesitas más espacio, New Balance Fresh Foam X1080v14 ofrece tallas anchas y extra anchas. La puntera amplia evita rozaduras y molestias, vital para pies con juanetes o más anchos. Equilibra amortiguación con soporte semi-firme, ideal para recuperaciones o rodajes suaves.
Finalmente, para sobrepronadores que buscan estabilidad, Asics Kayano 31 es excelente. Tiene espuma densa en el arco interno y base amplia para corregir la pisada. Sorprende con amortiguación acolchonada, apta para molestias en pies y articulaciones. Su drop de 10mm puede resultar alto para quienes sufren de rodillas o caderas.
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Elegir bien afecta mucho tu salud y desempeño, sobre todo en carreras largas frecuentes. Conocer tu pie, estilo y necesidades te ayudará a correr con menos dolor y más placer.
Prueba zapatos al final del día o tras correr, ya que los pies se hinchan, y necesitas espacio suficiente, sobre todo en el dedo más largo, para evitar irritaciones.
Considera alternar distintos pares para variar el estrés en las piernas y prevenir lesiones por uso repetido. Consulta con especialistas si tienes dolores extraños o incomodidad constante.
Sea para mejorar marcas, preparar tu primera maratón o mantenerte activa sin molestias, dedicar tiempo a elegir calzado resulta clave. El par correcto apoya tu meta y hace cada kilómetro más ameno.
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