
El ayuno intermitente se ha convertido en un patrón alimenticio popular para quienes buscan perder peso y acelerar su metabolismo. Ya sea el método 16:8 o el ayuno en días alternos, estos enfoques se basan en comer dentro de ciertos horarios, restringiendo las calorías en determinadas horas o días. Muchas personas lo consideran clave para controlar su peso de manera efectiva y mantener un cuerpo delgado a largo plazo.
No obstante, a pesar de sus múltiples beneficios conocidos, un estudio reciente señala una posible consecuencia poco conocida. Los investigadores sugieren que el ayuno intermitente podría afectar el crecimiento del cabello. En concreto, esta forma de alimentación parecería disminuir la velocidad a la que el cabello vuelve a crecer tras caídas o pérdida. Entonces, aunque el ayuno ayude a tu figura, ¿podría estar afectando la densidad y longitud de tu cabello de forma inesperada?

Para analizar a fondo los efectos del ayuno más allá de la pérdida de peso, un equipo liderado por un científico especializado en células madre estudió la regeneración de los folículos capilares. Buscaron descubrir cómo el ayuno intermitente impacta los procesos de reparación tisular, especialmente aquellos relacionados con los pequeños pero poderosos folículos que controlan el crecimiento del cabello.
El experimento se realizó primero en grupos de ratones sometidos a diferentes patrones alimenticios. Algunos comían libremente, otros tenían una ventana de alimentación de 8 horas y ayunaban 16 horas al día (imitando el método 16:8), y otro grupo realizaba ayuno cada dos días — 24 horas sin comida seguidas de 24 horas sin restricciones. Tras rapar su pelaje, los científicos monitorearon la regeneración del cabello durante más de tres meses.
Para verificar si los resultados eran aplicables a humanos, también se realizó un estudio pequeño con adultos jóvenes. A estos se les rapó una pequeña zona del cuero cabelludo y se midió el crecimiento del nuevo cabello después de varios días, con el objetivo de observar retrasos o cambios vinculados con el ayuno. Esta doble prueba combinó resultados de laboratorio con observaciones reales para comprender la relación entre ayuno y crecimiento capilar.

Los resultados en ratones fueron contundentes. Aquellos que comían sin restricciones recuperaron completamente su pelo en aproximadamente un mes. En contraste, los ratones sometidos a ayuno intermitente mostraron un adelgazamiento severo y áreas calvas persistentes tras 100 días, lo que indica que las fases de restricción calórica ralentizan la actividad de los folículos capilares.
En el grupo humano, los efectos fueron menos intensos pero aún relevantes. Los participantes que siguieron el método 18:6 experimentaron una reducción cercana al 18% en la velocidad de crecimiento del cabello comparados con quienes comían normalmente. Aunque la densidad del cabello no varió mucho, el cabello nuevo era más delgado y corto en quienes practicaban el ayuno.
Los científicos explican que estas diferencias se deben en parte a características metabólicas: los ratones tienen un metabolismo mucho más rápido, por lo que el ayuno afecta más drásticamente sus células madre foliculares. En humanos, el impacto es más leve; algunas células madre del folículo capilar mueren, pero muchas sobreviven, permitiendo al cabello regenerarse aunque más lentamente. Esta diferencia podría tranquilizar a quienes notan un crecimiento más lento pero no una pérdida total.
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Aunque el ayuno intermitente ofrece múltiples beneficios para la salud, quizá no sea la mejor opción para quienes desean mantener un cabello fuerte y saludable. El estudio resalta un concepto evolutivo: en épocas de escasez alimentaria, los cuerpos de nuestros antepasados reducían procesos como la regeneración capilar para ahorrar energía para órganos vitales como el cerebro.
Este mecanismo ancestral podría activarse con el ayuno moderno, ralentizando el crecimiento del cabello. Esto plantea una reflexión personal: ¿vale la pena el sacrificio de la fuerza y vitalidad capilar por controlar el peso? Conocer cómo responde tu cuerpo puede ayudarte a decidir tus prioridades en bienestar integral.
Los expertos remarcan la necesidad de más estudios, dado el tamaño limitado de participantes humanos. Sin embargo, el mensaje es claro: no todos reaccionan igual a dietas o ayunos, y podrían surgir efectos secundarios incluso con prácticas saludables.
Si buscas favorecer el crecimiento del cabello, es recomendable enfocarte en una dieta equilibrada rica en vitaminas, proteínas y minerales esenciales, además de mantener horarios regulares de alimentación. Si consideras empezar o ya practicas el ayuno intermitente, consulta con un profesional de la salud o nutricionista para diseñar un plan que apoye tanto tu metabolismo como el cuidado capilar.
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